¿CUAL DEBE SER LA
ACTITUD DE UN HIJO DE DIOS ANTE LOS CONFLICTOS SOCIALES?
La respuesta a esta pregunta la encontraremos al responder
también las siguientes preguntas
¿A QUE SOCIEDAD
PERTENECEMOS LOS HIJOS DE DIOS?
Si somos hijos de Dios,
(Juan 1:12) no pertenecemos a ninguna
sociedad humana, nuestra estadía en este mundo, y por consiguiente en este país, es
temporal, los asuntos de los gobiernos terrenales, no son nuestro asunto,
(juan17:15-16) todos están controlados por Dios, aun cuando ellos piensen
que no lo están
(hechos 17:24-27). Esto no significa que debemos ser
indiferentes ante los conflictos de la sociedad en la que nos toca transitar;
sin embargo, nuestro deber es distinto al proselitismo, o protesta o campañas
políticas. No pertenecemos a esta
sociedad, pero si pertenecemos a algo mucho más grande, esto
es, a la Iglesia, la cual no es una mera sociedad, sino el cuerpo de Cristo, la
plenitud de aquel que todo lo llena en todo
(efesios 1:15-23), esto último
nos da entonces una respuesta a cual debe ser nuestra actitud ante estos conflictos. Si somos la luz del mundo, y el cuerpo de
Cristo, nos toca amar. Atender las necesidades de los desamparados, dar
esperanza a una sociedad esclavizada a la corrupción y al pecado. Nos toca permanecer
unidos en el cuerpo de Cristo y dar al mundo el glorioso evangelio de nuestro
Salvador.
(Mateo 28:19-20)
¿A QUIEN DEBEMOS
NUESTRA OBEDIENCIA?
En días recientes, la sociedad ha hecho un llamado a la
desobediencia civil y a protestar contra la corrupción y malos manejos del
gobierno, boicotear al estado, etc. Muchos jóvenes, incluso cristianos toman
parte de esto, creyendo que así realizan justicia. Sin embargo, nuevamente Dios
debe ser la prioridad en todo. Nuestra obediencia no es a instituciones
humanas, sino a la palabra de Dios,
(juan 14:23) la cual nos dice que
debemos obedecer a nuestro gobierno
(romanos 13:1-2), y cabe mencionar que el apóstol Pablo da esta encomienda en un
tiempo donde el gobierno no solo era corrupto, sino que además asesinaba a todo
aquel que profesara la fe en Cristo. Nuestra misión no es crear más desorden y
caos, sino ser pacificadores, esto no significa ser “dejados”, eso solo aplicaría si el gobierno civil fuera realmente nuestro gobierno, pero
habiendo dejado claro, que no lo es, entonces nuestra obediencia, es a la
palabra de Dios; además, aun cuando el incremento de impuestos puede generarnos
preocupación, es en realidad una prueba más para depender de la fidelidad
soberana de nuestro Dios, o
¿acaso no creemos que todas las cosas ayudan para
bien a quienes aman a Dios? ¿Acaso no creemos que el afán no es nuestro estilo
de vida, porque Dios suple todas nuestras necesidades? ¿Porque preocuparnos
entonces?
¿CUAL ES EL PROPOSITO
DE NUESTRAS VIDAS?
Finalmente nuestra actitud la determina nuestra prioridad en
la vida,
(mateo 6:21) la cual debería ser Glorificar a Dios, edificarnos
como iglesia y compartir el evangelio; sin embargo tal vez esto no sea una
realidad, entonces habría un problema que resolver en el corazón, pues los que
aman a Dios guardan los mandatos de Cristo, los que aman a Dios demuestran
amor, y llevan mucho fruto, y además son la luz del mundo y la sal de la
tierra. Entonces este punto se convierte en un punto de reflexión personal, seamos
honestos y respondamos
¿cuál es mi
prioridad en la vida? La
respuesta que demos a esta última pregunta determinará toda actitud que
tengamos hacia cualquier cosa. Asegurémonos que la respuesta sea Dios.
Para concluir queda lo siguiente: Jesús dijo que en este
mundo tendríamos aflicción, pero su mandato fue: “confiad, yo he vencido al
mundo”
(juan 16:33) Por lo tanto,
si somos verdaderos hijos de Dios, nuestra actitud debe ser de total confianza en
Dios, total obediencia a su palabra y total entrega a ser luminares en este México
en donde el Señor nos ha puesto para alumbrar.
Pr. Oscar Estrada Sánchez